martes, 3 de abril de 2018

Diferencia entre Creyentes, Ateos, y Agnósticos


A continuación les dejo un texto, que en lo personal me pareció muy interesante, donde encontrarán la diferencia entre creyentes, ateos y agnósticos desde el punto de vista del autor cuyo alias es "Ancap Ancap" para la página web "Enemigos del Estado", de la cual les dejo el link al final del texto, así como también encontrarán los argumentos por los que dicho autor se declara a sí mismo como agnóstico.

Opinión: La fe del ateo







Me declaro agnóstico por motivos puramente racionales y lógicos y argumentaré por qué. También me gustaría demostrar por qué los ateos incurren en el mismo problema que supuestamente atribuyen a los creyentes -es decir, su fe. Y explicaré por qué la fe del ateo está relacionada con la del creyente (sin la del creyente, la del ateo se desvanece).
En sentido estricto, el ateísmo es aquella postura que declara la inexistencia de deidades. Los creyentes, en cambio, creen en éstas; y los agnósticos nos mantenemos al margen. La situación sería representada de la siguiente manera: el creyente afirma que hay algo (una fuerza, una energía, un humanoide…) del más allá que no podemos percibir, pero que existe. El ateo, ante esta situación -y como respuesta- dice que eso es falso. El agnóstico, en cambio, dice que él no puede ni afirmar ni negar tal cosa, por lo que no se preocupa, de momento, del tema.
Si somos racionales, pediremos una demostración a los creyentes de que lo dicen es cierto (y no es solamente un acto de fe). Pero también se la pediremos a los que también afirman que no existe tal cosa (los ateos).  Los dos, en cierta manera, tienen fe en sus creencias. Los primeros creen que existe algo, y los segundos creen que no existe nada. Ambos, si quieren ser tenidos en cuenta, deberían demostrar sus creencias.
Hay ateos que, infundadamente, alegan que los que niegan algo no tienen por qué demostrar nada. Esto es completamente falso. Pongámonos en un plano científico -por ejemplo, el matemático. Cuando alguien -pongamos el señor A- enuncia un teorema tiene que demostrarlo matemáticamente como válido (en caso contrario es un simple acto de fe o una intuición). Pero si alguien negara dicho teorema, también tendría que demostrar que el teorema anunciado por A es falso. Hay muchas demostraciones matemáticas que simplemente se basan en negar X enunciado; es decir, que X es falso.
Sólo cuando X ha sido demostrado como falso, podemos afirmar entonces que X es falso -o que no existe. Mientras tanto, no podríamos afirmar ni negar nada.
El hecho de que durante muchos años no se demostrara la ley de la gravedad no implica que ésta no existiera. De hecho, la ley de la gravedad siempre ha existido, simplemente se demostró en un punto concreto del tiempo. O el hecho de que durante muchos años no se pudiera demostrar que la Tierra no era plana, no implicaba que la Tierra fuera plana. De hecho, nunca lo fue -se pudiera demostrar o no.
Es decir, tal vez dentro de 5000 años (ciencia ficción) se pueda demostrar la existencia de una deidad -no tiene por qué ser humano, puede ser una simple energía que hace que se cumplan todas las leyes físicas-, entonces serían los ateos los que han estado durante años equivocados (aunque, para ser estrictos, también los creyentes que creían en un Dios con apariencia humana).
Los agnósticos nos posicionamos en la incerteza. No podemos afirmar ni negar la existencia de esa tal deidad, por lo que no decimos nada al respecto. Es la postura totalmente coherente y lógica cuando no se tienen pruebas ni por un lado ni por el otro. Si, hace miles de años, nos hubiésemos planteado si la Tierra era plana o no y no hubieran pruebas reales de ningún lado -imaginemos que la evolución tecnológica de ese tiempo no nos permitiese tal cosa-, los agnósticos no nos habríamos posicionado. Y hubiésemos sido los más lógicos; puesto que afirmar o negar algo sin pruebas es pura temeridad.
Por otra parte, decir que la postura del ateo está supeditada a la del creyente. Es decir, si el creyente no existiera, el ateísmo desaparecería. El ateo solo nace para negar lo que dice el creyente. Si el creyente no dijera nada, el ateo no tendría motivos para aparecer. Así que su postura ni es absoluta, ni es racional; ya que su postura depende de la existencia o no de otras ideas -en este caso, las del creyente.
Por lo tanto, creo que la postura ética, lógica y racional correcta es ser agnóstico. Pero, aún así, las creencias morales de cada individuo son completamente respetables. Sean cuales sean. Lo que puede no ser respetable son sus acciones. En una sociedad libertaria, sin Estado, cualquier persona podría tener las creencias que quisiera siempre y cuando respetara el axioma de no-agresión.


Aquí dejo el link donde se encuentra el contenido original de donde obtuve esta opinión:
http://www.enemigosdelestado.com/fe-ateo/

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