La religión de la cultura Maya se caracterizó básicamente por el pasar de la vida alrededor de ciclos infinitos del universo.
De ese modo, se podrá notar que la religión Maya encuentra
sus raíces en el tiempo, siendo este diagramado mediante diversos sistemas de
calendarios basados bajo diferentes pautas, dividiendo los ciclos de vida de
la cultura Maya.
Los Mayas creían
que el mundo había sido creado cinco veces y destruido cuatro veces, siendo esta
la base de la cultura religiosa mesoamericana que se propagó desde el año 900
en adelante, posteriormente adoptada por los Toltecas.
Los dioses Mayas eran
en su gran mayoría reptiles,
presentando dos aspectos diferentes que simbolizaban su benevolencia y maldad.
En cuanto a la vida después de la muerte, este era un punto de
gran importancia dentro de la religión, dado que los Mayas sostenían que existía una compleja vida post-mórtum, en
la cual el paraíso solo se encontraba reservado para aquellos que habían sido
sacrificados, asesinados o muertos durante la niñez. Todo el resto de las
personas eran enviadas al xibal o
infierno, el cual se encontraba gobernado por los Dioses de la Muerte.
Los mayas edificaron numerosos templos alrededor de los cuáles se levantaban las ciudades. En los templos daban doctrina los sacerdotes, quienes eran considerados de las altas clases sociales dentro de la cultura maya.
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