Desmitificación
del fin del mundo maya
El 2012 amanece como el año de auge del
interés por la cultura Maya,
no en vano las principales páginas de misterio de la red se han visto salpicadas
sobre rumorología sobre el fin del mundo predicho, según algunos, por ésta
ancestral cultura.
Aquí y allá se ha
comentado con cierto frenesí divulgativo que 2012 sería el año del definitivo Armagedón de la humanidad,
pues para los mayas es aquí dónde acaba el último ciclo por el que comprendían
la cronología de nuestro mundo.
Sin
embargo, es nuestro deber desmitificar toda esta superchería que inunda internet en los últimos
meses. Es cierto que los mayas comprendían el tiempo a través de ciclos, los
cuales marcaban las distintas eras por las que el mundo de los mayas
atravesaba, desde los albores de su formación hasta el último de los ciclos que
le acontecerían.
Por desgracia, como tantas otras grandes culturas antiguas,
los mayas desaparecieron, dejándonos una concepción de su mundo que hoy en día,
nos es difícil de comprender y por ello genera tantos errores de interpretación.
Por desgracia, como tantas otras grandes culturas antiguas
Sin
embargo, para expertos arqueólogos y epigrafistas de la talla de Sven Gronemeye,
el final de un ciclo no debe comprenderse como el final del mundo, ni mucho
menos, tan sólo como el final y comienzo de una nueva era, la que quizás sea la
última, pero no necesariamente en ésta concepción debe estar el Apocalipsis.
Por
otro lado, al hablar del nuevo ciclo maya, hablamos de las cifras de un
calendario. ¿Acaso debemos entender que el inicio del calendario maya marca
realmente el inicio real de nuestro mundo?
Recordemos
que la Historia nos
ha legado cientos de calendarios, algunos de culturas que también observaron
grandes dotes para la astronomía, como la china.
¿Por qué deberíamos dar mayor
credibilidad a unos sobre otros? ¿Acaso el Cristianismo con su denominada “Teoría
Milenaria” no profetizó en su día el final del mundo para el año 1000 de
nuestro calendario?
El último ciclo maya debe entenderse pues, cargado de un
gran simbolismo, e interpretarse como un tiempo de nuevos cambios, que para
muchos visionarios ya están aconteciendo como el caso de las últimas
revoluciones políticas y sociales, los cambios económicos, la intercomunicación
entre los hombres de cualquier punto del planeta, el problema del calentamiento
global y un largo etcétera de sucesos.
¿Qué deparará realmente Diciembre de
2012? La respuesta está cada día más cerca, pero no, no creemos que sea el fin del
mundo.
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