Renania del Norte-Westfalia será recordado como el
primer estado federado de Alemania en introducir clases de religión
islámica en sus colegios de manera oficial. Un reportaje en la edición
on-line de la revista Der Spiegel desveló ayer, sin embargo, que aún no hay ni profesores, ni libro, ni programa escolar. A pesar de esto, los padres musulmanes están encantados: «Se sienten finalmente en Alemania».
No es la primera vez que se dictan clases de religión
islámica en colegios alemanes. Existen varios institutos donde los
escolares reciben clases de religión «on demand», como la primaria
Johannis de Osnabrück, en la que conviven judíos, cristianos y
musulmanes. Según su director, la estrategia pedagógica –auspiciada por
la comunidad judía, cristiana y musulmana– es fomentar el respeto entre
ciudadanos de distintas confesiones, involucrando a los escolares en
actividades que les permitan conocer tempranamente culturas religiosas
distintas de la propia, los fundamentos de la fe de los otros, sus ritos
y costumbres. En el colegio Johannis se respetan los días festivos del
judaísmo, el cristianismo y el islam, y sus respectivos símbolos están a
la vista en las instalaciones del centro.
El caso de Renania, sin embargo, no es una decisión particular de un colegio sino un mandato a nivel regional:
se trata de un asignatura regular. Los niños y adolescentes musulmanes
ya no tendrán que ir a la Escuela del Corán para recibir clases de
religión islámica; las tendrán en sus colegios. Serán dos horas por
semana en la que los escolares musulmanes tendrán los mismos derechos
que sus compañeros cristianos y judíos. Es el primer paso de un largo
camino en el que finalmente los niños musulmanes podrán recibir clases
de religión islámica en todos los colegios alemanes.
Según el profesor de islam Hüseyin Çetin, del Instituto
Sandstraße de Duisburg-Marxloh, las clases se imparten en alemán y no se
utilizan términos turcos o árabes. El viaje a la Meca que todo musulmán
debe hacer una vez en su vida se llama «Wallfahrt» (peregrinación, en
alemán) y no «Hadsch» (la correspondiente palabra árabe), y se habla de
«Gott» (Dios, en alemán) y no de Alá. Según la directora del Sandstraße,
cuatro de cinco padres de origen musulmán desean clases de religión
islámica para sus niños.
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