domingo, 27 de abril de 2014


El Rito Nacional Mexicano.

Nueve masones de ritual —cinco de York y cuatro del Escocés, masones de Logia, de ceremonia y de simbolismo, hastiados de ver a las Logias convertidas en partidos políticos, deciden separarse de sus talleres y fundan un sistema masónico que prevaleció durante todo el siglo XIX y al que dieron por nombre el de "Rito Nacional Mexicano". La fundación de este sistema masónico ocurrió en 1825, esta masonería, irregular a los ojos de las Grandes Logias americanas y europeas, de adhesión británica, tuvo entre sus miembros a los más preclaros varones mexicanos del siglo XIX, y fue una masonería que nació para trabajar el ritual y el simbolismo iniciático ancestral. Pero el estado de las cosas en la política mexicana, la sediciosa postura del clero católico mexicano en sus afanes de controlar la educación y de mantener el control de la política del país, así como sus enormes riquezas inmobiliarias y agrarias, hizo que la bancada liberal se agrupara de nueva cuenta, pero ya no en las facciones “yorkinas” y “escocesas”, sino ahora bajo las banderas de dos fuerzas oponentes: liberales contra conservadores o dicho de otro modo: masones contra clericales. La lucha fue enconada y derivó en una guerra civil, la Guerra de Reforma, con caros desgastes sociales, económicos y políticos; enconos que hoy en día florecen en la realidad mexicana, no obstante el triunfo moral de la verdad contra el oscurantismo.

Se dice que Benito Juárez fue un francmasón que perteneció al Rito Nacional Mexicano, y en el que llegó a obtener el grado Noveno, equivalente al grado 33° del Rito Escocés Antiguo y Aceptado, que fue tan ferviente en la práctica masónica que su nombre se conserva con veneración en todos los ritos, y muchas logias y cuerpos filosóficos lo han adoptado como un símbolo sagrado.
Algunos otro personajes que asistieron a la tenida de iniciación de dicha Logia del Rito Nacional fueron los hermanos Manuel Crescencio Rejón, “el Pericles de nuestros oradores”, don Valentín Gómez Farías, patriarca de la democracia y entonces Presidente de la República, don Pedro Zubieta, Ministro de Hacienda, Pedro Lemus, Comandante General del Distrito Federal y del Estado de México; los hermanos Diputados federales José María del Río, Fernando Ortega, Tiburcio Cañas y Francisco Banuet. También presenciaron el acto iniciático, según se afirma, don Agustín Buenrostro, Joaquín Navarro, don Ambrosio Moreno, Ministro del Tribunal Superior de Justicia, Miguel Lerdo de Tejada y otras muchas personas distinguidas en las armas y en las letras. Dicen los narradores que Benito Juárez, desde aquella noche de su iniciación, adoptó el nombre simbólico de "Guillermo Tell", queriendo significar que habría de ser enérgico y constante, tal como lo fue el héroe suizo en defensa de las libertades patrias de su terruño.

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