WASHINGTON, ESTADOS UNIDOS (23/SEP/2015).- El Papa Francisco visita
"La historia nos ha puesto en un momento crucial para el cuidado de nuestra casa común. Estamos aún a tiempo de afrontar cambios que aseguren un desarrollo sostenible e integral, porque sabemos que las cosas pueden cambiar", planteó el pontífice hablando en inglés.
Advirtió que esos cambios exigen de parte de todos un reconocimiento "serio y responsable" del tipo de mundo que podría ser dejado no sólo a los propios hijos, sino también a millones de personas "sometidas a un sistema que las ha descuidado".
El Papa aseguró que la "casa común", es decir el planeta, es parte de ese "grupo de excluidos que grita al cielo" y que ahora "golpea con fuerza" las puertas de las casas, las ciudades y la sociedad entera.
Al parafrasear unas "sabias palabras" del líder afroamericano y reverendo Martin Luther King, sostuvo que se puede decir que, ante el medio ambiente: "hemos incumplido algunos compromisos, pero ahora llegó el momento de honrarlos".
Sin mencionar en específico a Cuba, el Papa destacó los "esfuerzos cumplidos recientemente" para reconciliar relaciones que habían sido rotas y para la apertura de nuevas vías de cooperación al interior de la familia humana.
Francisco estableció que esas iniciativas representan "positivos pasos adelante" en el camino de la reconciliación, de la justicia y de la libertad.
Poco antes de las 09:00 horas local (13:00 GMT), el Papa abandonó en un vehículo cerrado la sede de la nunciatura apostólica en esta ciudad y 15 minutos después fue recibido en el pórtico de la Casa Blanca por el presidente Obama y su esposa Michelle.
Una vez en el jardín tuvieron lugar los honores militares y se ejecutaron los himnos tanto de Estados Unidos como del Vaticano. Primero tomó la palabra el mandatario y luego el pontífice.
"Como hijo de una familia de inmigrantes estoy complacido de ser huésped en esta nación, que en gran parte fue edificada por familias similares", indicó el Papa.
"Me apresto con alegría a estos días de encuentro y de diálogo, en los cuales espero escuchar y compartir muchos de los sueños y esperanzas del pueblo americano", dijo.
Francisco anticipó que ante el Congreso hablará "como hermano de este país" y animará a quienes están llamados a guiar el futuro político de la nación a la fidelidad a sus principios fundadores.
Subrayó que, como todos los ciudadanos, los católicos estadounidenses están empeñados en construir una sociedad que sea "verdaderamente tolerante e inclusiva", en defender los derechos de los individuos y de la comunidad y en rechazar cualquier forma de injusta discriminación.
Con muchas otras personas de buena voluntad, insistió, ellos esperan que los esfuerzos para construir una sociedad justa y sabiamente ordenada "respeten sus preocupaciones más profundas y sus derechos inherentes a la libertad religiosa".
Según el Papa, esa libertad es una de las "conquistas más preciosas" de Estados Unidos, que todos están llamados a vigilar, para preservarla y defenderla de cualquier cosa que la pueda poner en peligro o comprometer.
"Deseo que todos los hombres y las mujeres de buena voluntad de esta gran y próspera nación sostengan los esfuerzos de la comunidad internacional para proteger a los más débiles de nuestro mundo y promover modelos integrales e inclusivos de desarrollo, para que nuestros hermanos y hermanas, donde sea, puedan conocer las bendiciones de la paz y la prosperidad que Dios desea para sus hijos", apuntó.
Al término de la ceremonia, el presidente y el Papa tienen previsto entrar en el pórtico sur de la Casa Blanca, subir a un ascensor y, desde el primer piso, asomarse brevemente a un balcón.
En la Sala Azul tendrá lugar la presentación de las delegaciones oficiales, Francisco firmará el Libro de Oro y con Obama pasarán al Estudio Oval para el coloquio privado.
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