Durante una cena privada que este domingo sostuvo con el presidente Felipe Calderón, el secretario de Estado de la Santa Sede, el cardenal Tarcisio Bertone, pidió que en México haya un nuevo "ordenamiento jurídico" que garantice una verdadera libertad religiosa.
Esta libertad, de acuerdo con la iglesia, implica el derecho de impartir instrucción religiosa en las escuelas públicas, que la iglesia pueda tener medios de comunicación masiva y que sus sacerdotes puedan acceder a cargos de elección popular entre otros puntos.
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En mi opinión, considero que esta petición alude a una contradicción, ya que la libertad se entiende como la situación donde uno tiene la posibilidad de actuar o no sin interferencias, presiones, ni constricciones. No podemos negar que esta petición crearía una barrera sociocultural y religiosa residiendo como un escenario ideológico disperso con la posibilidad de fungir como debate público más que como toma de libertad.
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