A partir de la separación Iglesia-Estado se han desarrollado varias ideas que han revolucionado la forma en que los derechos sexuales y reproductivos se reconocen. Primordialmente los gestos sexuales-eróticos eran penados por la Iglesia por considerarse actos impuros, anti naturales faltos de moral y ofensivos para la Fe (en su mayoría Cristiana), sin embargo, con la creación de los estados laicos, se logró abolir el control que la Religión imponía sobre sus fieles y otorgó a los ciudadanos la libertad de decisión sobre su propio cuerpo y sexualidad.
Mucho se ha estado especulando sobre movimientos internos católicos que han despertado el interés de que las mujeres pueden tomar parte también en el poder eclesiástico. Inclusive, el surgimiento de asociaciones en pro de la diversidad de género, han propuesto que personas homosexuales puedan ser libremente aceptadas en las comunidades religiosas, formando parte de las mismas y ejerciendo como miembros activos en la misma jerarquía. En México, el auge que han tenido los movimientos sociales, ha impulsado el desarrollo de la CDD (Católicas por el Derecho a Decidir), una red de personas, en su mayoría mujeres, que abogan por la apertura de la Iglesia Católica a la aceptación de las mujeres en puestos de relevancia, inclusive entre sus propuestas destacan aquellas relacionadas con la “condena” que ejerce la Iglesia sobre el aborto. Ellas abogan por la libertad de decisión reproductiva y sexual, ofreciendo talleres, información, pláticas y apoyos de diversos tipos a mujeres que han pasado por situaciones desagradables, que han sido víctimas de violación o que por decisión propia han decidido abortar. Lo interesante de éste tema es que la misma Iglesia no reconoce este movimiento como propio, considerándolo inmoral y perjudicial para las costumbres y valores del organismo religioso.
Últimamente, con las noticias sobre el Padre Marcial Maciel y algunos otros clérigos que han sido participes de ataques sexuales, la sociedad comienza a imponerse a los discursos que ofrecen como excusa a éstos actos, desencadenando situaciones que colocan a la Iglesia como una institución peligrosa, llena de corrupción y actos inhumanos, muchos de los cuales han requerido la presencia de la CDH y otros que han involucrado la intervención del poder judicial.
Es visible que la posmodernidad trajo consigo un paquete de ideas que comparten la visión de la libertad humana, tal vez, en unos años la Iglesia mantenga su posición de recinto espiritual, sin embargo, la institución perderá poder y credibilidad, es probable que en este tiempo el movimiento conservador regrese al pensamiento católico con más fuerza, sin embargo, su decadencia será acelerada, ya que estamos adentrándonos a la era donde la información rige sobre cualquier tipo de convencimiento idealista, permitiéndonos así el reconocernos como individuos cuya libertad de pensamiento gobernará en nosotros mismos, dirigiéndonos a un camino de libre creencia, espiritualidad o interiorismo y algunos otros conceptos como Fe, religión, secta, Dios e Iglesia, serán reformulados y adaptados a las nuevas necesidades de la sociedad.
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