Un debate clásico y, sobre todo muy equívoco, lo encontramos en la ya típica disputa entre ciencia y religión. Este debate que contrapone ciencia y religión, se ha desvirtuado
hasta el extremo de que los participantes deben elegir una a la vez que
repudian a la otra. Es común encontrarse todo tipo de razonamientos
absurdos en las redes sociales. Y, si las sinrazones son muchas, los
ataques a los defensores de la postura contraria no lo son menos.
Como siempre que se da un malentendido, entre los defensores y
detractores del dilema ciencia-religión siempre hay un perdedor. Aunque
la sensación de pérdida en un debate bien puede ser subjetiva. Al final,
este debate, por muchos perdedores que deje, ni aclara ni convence. Nadie acaba por pasarse al otro bando ni se cuestiona su posición inicial.
Debate entre ciencia y religión
Por mostrar algunos de los argumentos más usados en este debate, a
continuación se presentan las dos caras de la moneda que podemos
encontrar en cualquier foro o red social en el que se trate el tema. Los defensores de la ciencia cargan contra los religiosos argumentando que lo escrito en los libros sagrados no es verídico. Por ejemplo, contra el cristianismo,
para derrumbarlo es común aludir al mito de la creación. Este relata
cómo el primer hombre fue creado por dios y la primera mujer surge de la
primera costilla de este hombre.
“La naturaleza misma ha impreso en la mente de todos la idea de un Dios”
-Marco Tulio Cicerón-
Otro de los temas más candentes es el que recae en en la religión de
personas que han destacado en la historia. Tanto los defensores de la
ciencia como los de la religión suelen nombrar a filósofos, químicos,
físicos y un sinfín de personas famosas que creían o no creían en dios.
Para unos los científicos religiosos han sido los mejores; para otros,
los ateos son mejores. Sin embargo, solo nombran a personas importantes
porque son importantes. En raras ocasiones se nombran científicos que han profundizado en la religión o en la religiosidad.
Por otra parte, la ciencia ha sido considerada la religión de nuestro tiempo.
Y, no siendo menos, los religiosos usan argumentos científicos para
demostrar la existencia de dios. Evidentemente, los argumentos para
demostrar su existencia o no existencia acaban colapsando sin resolver
la cuestión.
Cómo interpretar estos debates
Estos debates alejados de la pausa y la reflexión, solo buscan desacreditar al oponente.
El que se realicen a través de internet y no cara a cara, proporciona a
las personas más soltura para expresarse en un inicio. El supuesto
anonimato que proporciona internet
también hace que el objeto del ataque sea difuso. Cuando alguien
critica la postura de la religión o de la ciencia, no ataca a personas
particulares, sino a un general. Aunque los debates pueden acabar por
que las personas se tomen lo dicho como algo personal.
Este proceso fomenta que los argumentos sean cada vez más ridículos y
centrados en ataques personales alejados del tema principal. Ciencia y
religión son compatibles y existen distintas posturas que los integran. Los
que no parecen ser compatibles son las personas que enfocan el debate
sin escuchar los argumentos de la otra parte o tomando la interpretación
de ello que es más propicia a la crítica.
Posturas modernas sobre ciencia y religión
Hay que dejar claro que la ciencia es un método: se
puede entender como una herramienta que nos ayuda a comprender el mundo.
Pero la ciencia no es perfecta -no es lo es el método y no lo son
quienes se sirven de él- y sus conclusiones pueden estar sesgadas
o ser falsas. Existen muchos aspectos de la vida que escapan a la
comprensión de la ciencia. Aunque esto no quiere decir que debamos
aceptar todas las teorías disparatadas y caer en un relativismo
absoluto.
Por otra parte, la religión cumple determinadas funciones que suelen escaparse para quienes tienen en una visión simplista.
La religión sirve para unir a las personas, para aliviar tensiones y
miedos relacionados con la muerte, para generalizar la generosidad y el
compartir. Aunque puedan partir de presupuestos erróneos o falsos, las
religiones en sí no son malas. Los que pueden llegar a hacer el mal son
las personas que viven la religión de diferentes formas.
El científico Carl Sagan expuso un ejemplo práctico de cómo la ciencia no puede interpretar toda la realidad.
Sagan decía que teníamos que pensar en un mundo en dos dimensiones
donde los habitantes eran cuadrados planos. En este mundo, un día, de
repente, aparece una pelota. Los habitantes cuadrados no la podían ver
ya que la pelota flotaba en el aire. Pero, en cierta ocasión, la pelota
se poso en el suelo dejando una marca redonda. Los habitantes no salían
de su asombro ante tal aberración.
Esta historia, si bien absurda, sirve para recapacitar sobre posibles dimensiones desconocidas. No lo sabemos todo ni lo sabremos.
Por ello, mantener una mente crítica, sin faltar a los que piensan
diferente, nos va a ayudar a no entrar en debates absurdos. La falta de
respeto solo provoca conflictos y aleja a la gente. El diálogo y el
entendimiento promueven el acercamiento y la comprensión.
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