Este artículo habla sobre la persecución y destrucción de templos budistas en Yanchuan el año pasado y hace mención de la represión del gobierno ante las representaciones de fe de su pueblo
Bitter Winter continuamente recibe informes sobre los ataques perpetrados por el régimen contra templos budistas y taoístas, los cuales son destruidos, sellados o reconvertidos.
por Zhou Xiaolu
Según la información recibida, entre agosto y septiembre de 2019, no menos de 50 templos fueron demolidos en el condado de Yanchuan, administrado por la ciudad a nivel de prefectura de Yan’an, en la provincia china noroccidental de Shaanxi.
En el mes de agosto, trabajadores contratados por el Gobierno destruyeron el templo de Kwan Yin emplazado en la aldea de Hejiawan del subdistrito de Dayu del condado. Demolido durante la Revolución Cultural, el templo había sido reconstruido hacía algunos años a un costo de más de 100 000 yuanes (alrededor de 14 000 dólares). «El Gobierno está adoptando las mismas medidas que durante la Revolución Cultural», le dijo un aldeano con impotencia a Bitter Winter. «A menudo quemábamos incienso en el templo para adorar a Buda; eso era una parte importante de nuestra vida espiritual».
El templo de Bodhisattva que se encontraba emplazado en la aldea de Gaojiawan del condado de Yanchuan también fue desmantelado a fines de septiembre. Según un residente de la aldea, para salvar el templo, los aldeanos habían gastado más de 100 000 yuanes (alrededor de 14 000 dólares) en sobornos, pero todo fue en vano. El mismo añadió que incluso las estatuas de piedra de bueyes, guardianes de la fortuna y la salud en la tradición china, que se encontraban situadas fuera del templo también fueron eliminadas. «Esta es la política del Gobierno y el que proteste contra ella será arrestado», se lamentó el residente.
Un hombre procedente de la aldea de Dumuyuan del condado le dijo a Bitter Winter que el Gobierno del condado había contratado a personas de fuera de la ciudad para que saquearan el templo de la aldea, los cuales destrozaron todas las puertas y ventanas y destruyeron las estatuas, dejando todo el lugar en ruinas. El mismo también afirmó que el Gobierno se llevó el quemador de incienso del templo, el cual es una valiosa antigüedad, fabricado durante la dinastía Qing (1644-1912).
«El Gobierno no solo está reprimiendo la religión sino que también está saqueando objetos de valor, actuando como bandidos comunes y corrientes», afirmó con ira.
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