lunes, 11 de mayo de 2015

Coca y fe en el Amazonas (resumen de documental)


Por: Estephania Peña Torres 

En el noreste de Perú se encuentra el Alto Monte de Israel que es una comunidad enclavada en una zona sin estado ni ley en dónde el tráfico de personas, armas y drogas son el contexto de lo que se vive ahí diariamente. 


Alto Monte es el pueblo sagrado en donde habita una comunidad de miembros de la Asociación Evangélica Misión Israelita del Nuevo Pacto Universal (AEMINPU), una organización religiosa que se estableció en la Amazonia peruana, son conocidos como Ataucusis o israelitas. Es un movimiento mesiánico, apocalíptico, de raíces cristianas e incas. 




Muchos de los habitantes de la región llegaron a probar suerte siguiendo el llamado de Ezequiel Ataucusi Gamonal, su líder espiritual y mesías, quien los llevará a la salvación. 

Ezequiel Ataucusi Gamonal nació́ en 1918, en Huarahua, un pueblo quechua, en el departamento de Arequipa, al sur de Perú́ ubicada en la cordillera de los Andes. Cursó hasta quinto de primaria y su primer contacto con la religión fue en su etapa adulta con las comunidades adventistas. Sin embargo se desencantó y se separó́ de ellas. Tras lo cual poco a poco fue fundando su propia religión.

El mito dice que a Ezequiel se le apareció́ Dios y lo instruyó en la lectura e interpretación de las sagradas escrituras. Ezequiel ascendió́ al Tercer Cielo y tuvo un encuentro con la Santísima Trinidad quien le pidió́ escribir los diez mandamientos y le otorgó la misión de compartirlos con el resto del mundo, es decir, a los Cuatro Cantones de la Tierra, según la cosmovisión inca. Así́, Ezequiel es el mesías, al igual que Moisés y Jesús. Él tiene la capacidad de hacer los cálculos del fin del mundo y postergarlo hasta que se cumpla la tarea de expandir el movimiento a los Cuatro Cantones.

Ezequiel es una figura ecléctica: es un líder social, agrario y religioso con una visión de tintes socialistas e indigenistas. Sus enseñanzas las toma de la Biblia, las reinterpreta de la forma más literal (pareciera que el pueblo de Alto Monte es una representación de Belén) y las mezcla en un sincretismo con la cultura inca. El objetivo es volver a las sagradas escrituras para superar todos los males que aquejan al país.

La congregación cuenta con un partido llamado el Frente Popular Agrícola del Perú́ (FREPAP). Durante varios años el FREPAP fue una fuerza política reconocida en Perú́ que participó en elecciones, llegó a obtener el uno por ciento de los votos y logró colocar a tres diputados en el poder, pero a partir del 2001 dejaron de participar en la contienda electoral y parece que ahora buscan contender en las próximas elecciones presidenciales de 2016. Bajo este partido, Ezequiel se postuló́ tres veces para presidente: en 1990, 1995 y 2000. Murió́ durante la última campaña, y su funeral fue una ceremonia masiva que congregó a miles de personas en Cieneguilla.

La visión agraria de los israelitas adopta la cultura agropecuaria inca pero la implanta en un ecosistema totalmente diferente y es, quizá́ por eso, que no es exitosa. El ecosistema de la selva no es propicio para la agricultura. A diferencia de la zona andina, donde los suelos son fértiles y hay una cultura milenaria de cultivo, en la selva, las tierras sólo se pueden sembrar dos o tres veces y el suelo tarda entre diez y veinte años en recuperarse, por lo que los territorios israelitas se han convertido en zonas totalmente deforestadas, con suelos poco fértiles que se vuelven pastizales para el ganado. El impacto ambiental en la región es muy fuerte y se ve reflejado en la calidad de vida de las comunidades, que están lejos de la panacea prometida. La metáfora que los hermanos mantienen de "un paraíso atravesado por un río de leche y miel" suena caricaturesco cuando ves las condiciones que viven.

La Tripe Frontera es una zona extremadamente violenta, donde la producción de cocaína es la actividad más productiva. En los años ochenta era un corredor donde circulaba la droga, pero no era una zona de producción. En la última década se ha desarrollado una nueva variación de coca apta para las condiciones climáticas de la selva de tierras bajas. Se comenta que esta variación ha sido modificada genéticamente y que los cárteles han invertido grandes cantidades de dinero para ello. 


José Álvarez Alonso, quien es el director general de Diversidad Biológica en el Ministerio del Ambiente dice que la participación de los israelitas en estas actividad en la región es muy activa, ya que los cultivos también se dan en sus tierras. Según José, esta actividad es la principal entrada económica de la zona. Creen que resulta casi imposible que una comunidad que vive en esa región tan conflictiva y en la que confluyen tantos intereses no esté salpicada de esta actividad ilícita. Las autoridades tienen pruebas de que seguidores de esa secta que viven en una miseria terrible, están plantando coca en las comunidades y se tiene la impresión de que sus líderes están involucrados.

A pesar de ello, los miembros de la comunidad deslinda a los israelitas de cualquier actividad delictiva, pues, está totalmente prohibido, la doctrina no nos permite... tenemos estatutos que nos prohíben totalmente la hoja de coca". 


La comunidad israelita enfrenta muchos retos. Tras la muerte de Ezequiel en el año 2000, el movimiento se ha debilitado. Su hijo, Jonás Ataucusi Molina, quedó como heredero pero su capacidad de liderazgo no es la misma. Jonás es una figura desconocida, prácticamente nadie lo ha visto ni hablado con él. El acercamiento que tiene con sus seguidores es a través de vídeos en Internet, donde lee algunos sermones. Se siente un distanciamiento entre las comunidades de Alto Monte y la central en Cieneguilla. Al perecer ha habido un gran número de desertores y están en una crisis de poder.





No hay comentarios:

Publicar un comentario