lunes, 11 de mayo de 2015

Disyuntivas morales y el Machismo


El pasado 19 de marzo, cuando los titulares de prensa se hicieron eco de la muerte de una joven afgana, el mundo se dividió entre los escandalizados por las connotaciones heréticas de su supuesto delito y los horrorizados por la brutalidad del castigo que había recibido. Pero varias semanas después cambió la situación: la fisura se situaba entre los que se escandalizaban al enterarse de que las acusaciones de blasfemia eran falsas y los horrorizados al saber que, para empezar, se pudiera linchar a alguien por ese motivo.

Con estos actos nos preguntamos ¿Qué es peor, blasfemar contra el Corán o patear, golpear, quemar y asesinar a alguien dando por hecha esa blasfemia?. Estos actos no son exclusivos de la religión islámica, en muchas religiones las mujeres se han llevado la peor parte de las violentas represalias del clero masculino. 


Independientemente de que vivamos en Kabul o en Nueva York, la relevancia de la disyuntiva moral salta a la vista, porque atraviesa el cuerpo de la mujer actual, dejando patente la violación de sus derechos. Cuando las mujeres comienzan a distinguir entre las costumbres sociales y las realidades espirituales, algo revolucionario está ocurriendo. Cuando cuestionan la autoridad de los líderes religiosos para inmiscuirse en su vida personal, en sus relaciones íntimas, en su derecho a trabajar, a viajar, en los derechos legales sobre sus hijos, está teniendo lugar una redefinición de la fe que va más allá de cualquier manifestación externa de liberación.

No hay comentarios:

Publicar un comentario