El trágico hecho ocurrió frente a una multitud en la que se encontraban ancianos y niños en la ciudad siria de Raqqa, en poder del Estado Islámico desde hace un par de años.
Desde que tomó el control en Raqqa, Isis prohibió cualquier actividad deportiva.
En el sangriento episodio fueron ejecutados los jugadores Osama Abu Kuwait, Nihad al Hussein, Ihssan al Shawakh y el hermano de este último, Ahmed al Shawakh, quien se desempeñaba como entrenador del equipo, así como a otra persona todavía no identificada.
De acuerdo con el periódico inglés Daily Mail, los jugadores y el entrenador del equipo fueron acusados de espiar para los kurdos y que la práctica del futbol también es contraria a las leyes del Islam.
En 2015, el EI ejecutó en público a 13 adolescentes que fueron sorprendidos viendo el juego de futbol de la Copa Asia de Naciones entre los representativos de Irak y Jordania.
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