Bailes, sacrificios de animales, toque de tambores… todo para convocar al orixá (espíritu) que poseerá a uno de los afortunados asistentes y así conocer sus deseos desde el más allá. El candomblé es una religión crisol, mezcla de los ritos que trajeron los esclavos africanos al continente americano, las creencias indígenas del lugar y la moral católica de los conquistadores. Hoy tiene ya más de 70 millones de seguidores sólo en Brasil, el territorio donde se practicó en la clandestinidad durante siglos.
En sus templos, llamados terreiros, las liturgias no dejan nada al azar. Cada orixá tiene su comida favorita, su vestimenta y su simbología. Así que para que se manifiesten determinadas divinidades los asistentes se disfrazan de ellos y utilizan las cosas que le gustan. Si la ofrenda es de palomitas, por ejemplo, irá dirigida al que cura las enfermedades de la piel.
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