Ocho años después de su muerte, el
milagro que llevará a Karol Wojtyla (1920-2005, elegido papa en 1978) a
la gloria de los altares se produjo en una mujer de Costa Rica,
Floribeth Mora Díaz, que en abril de 2011 sufrió un aneurisma cerebral, y
los médicos dijeron a su familia que su estado era irreversible.
Los papas Juan Pablo II y Juan XXIII serán proclamados santos a finales
de año, tras aprobar ayer el papa Francisco un segundo milagro por
intercesión de Karol Wojtyla y, en una decisión sin precedentes,
decretar la canonización de Ángelo Roncalli sin esperar a ese segundo
milagro.
La normativa vaticana exige que para que una persona sea beatificada es
necesario que se haya producido un milagro debido a su intercesión, y
para que sea canonizada (santo) es necesario un segundo milagro, que
debe ocurrir después de ser proclamado beato.
Por primera vez en la historia de la Iglesia, al menos la reciente, dos papas serán santificados a la vez.
Ocho años después de su muerte, el milagro que llevará a Karol
Wojtyla (1920-2005, elegido papa en 1978) a la gloria de los altares se
produjo en una mujer de Costa Rica, Floribeth Mora Díaz, que en abril de
2011 sufrió un aneurisma cerebral, y los médicos dijeron a su familia
que su estado era irreversible.
La mujer, devota de Juan Pablo II, y su marido Edwin, rezaron
intensamente a Dios y a Wojtyla y le imploraron ayuda. El 1 de mayo de
2011, fecha de la beatificación del papa polaco, siguió la ceremonia por
televisión, y tras seguir rezando al día siguiente escuchó, según ha
contado, una voz que le decía: “Levántate, no tengas miedo”.
Tras nuevos análisis, los médicos constataron que había curado de manera inexplicable para la ciencia.
El que fuera secretario de Juan Pablo II durante 40 años y actual
arzobispo de Cracovia, cardenal Stanislaw Dziwisz, afirmó ayer que será
proclamado santo “un gigante de la fe”, un hombre “sencillo, humilde y
servicial, que vivía de Dios y conducía a los otros a Dios”. Dziwisz
recordó que Juan Pablo II contribuyó a la caída de los regímenes
totalitarios y a la apertura a Cristo de muchas personas.
El caso Juan XXIII
Juan XXIII (1881-1963), el “Papa Bueno”, que convocó el Concilio
Vaticano II, que cambió a la Iglesia y la lanzó hacia el tercer milenio,
fue beatificado por Juan Pablo II el 3 de septiembre del año jubilar
2000.
Ángelo Roncalli siempre ha gozado de la devoción de los fieles, pero
hasta el momento el Vaticano no había aprobado ese segundo milagro
necesario para proclamarle santo.
Francisco, que en sus casi cuatro meses de pontificado ha resaltado
en numerosas ocasiones la figura del “Papa Bueno”, sorprendió al
anunciar que lo proclamará santo sin esperar ese milagro, en una
decisión inédita.
El portavoz vaticano, Federico Lombardi, afirmó que Francisco, en el
caso de Juan XXIII, no tiene dudas de su santidad. “Conocemos todos las
virtudes y la personalidad del papa Roncalli, no es necesario explicar
los motivos de su santidad”, dijo Lombardi, que precisó que ello no
quiere decir que a partir de ahora todos los beatos sean canonizados sin
un segundo milagro.
El arzobispo Loris Capovilla, de 95 años, que fue secretario privado
de Juan XXIII, dijo hoy que no le había sorprendido la decisión de
Francisco, ya que el “Papa Bueno” era un hombre sencillo, humilde y
obediente, y aseguró que la canonización será “la gran fiesta” del
Concilio Ecuménico Vaticano II.
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