Les dejo unos
fragmentos del libro Laberinto de la
soledad de Octavio Paz en el que señala puntos importantes sobre lo que los
mexicanos somos a partir de esa conquista, que mas que territorial la describe
como una conquista ideológica. Siendo palpable el uso de la religión para que
dicha conquista se desenvolviera. Este cambio de religión nos transformó, nos
redefinió tanto como sociedad y cultura, se puede ver como una religión puede
tener tanto alcance y marcarnos como nación a lo largo de los años.
“El mexicano venera a un cristo
sangrante y humillado, golpeado por los soldados, condenado por los jueces,
porque en él ve la imagen transfigurada de su propio destino.”
“No es un secreto para nadie que el
catolicismo mexicano se concentra en el culto a la Virgen de Guadalupe. En
primer término: se trata de una Virgen india; enseguida: el lugar de su
aparición (ante el indio Juan Diego) es una colina que fue antes santuario dedicado
a Tonantzin, "nuestra madre", diosa de la fertilidad entre los
aztecas. Como es sabido, la Conquista coincide con el apogeo del culto a dos
divinidades masculinas: Quetzalcóatl, el dios del autosacrificio (crea el
mundo, según el mito, arrojándose a la hoguera, en Teotihuacán) y
Huitzilopochtli, el joven dios guerrero que sacrifica. La derrota de estos
dioses —pues eso fue la Conquista para el mundo indio: el fin de un ciclo
cósmico y la instauración de un nuevo reinado divino— produjo entre los
fieles una suerte de regreso hacia las antiguas divinidades femeninas. Este
fenómeno de vuelta a la entraña materna, bien conocido de los psicólogos, es
sin duda una de las causas determinantes de la rápida popularidad del culto a
la Virgen. Ahora bien, las deidades indias eran diosas de fecundidad, ligadas a
los ritmos cósmicos, los procesos de vegetación y los ritos agrarios. La Virgen
católica es también una Madre (Guadalupe-Tonantzin la llaman aún algunos
peregrinos indios) pero su atributo principal no es velar por la fertilidad de
la tierra sino ser el refugio de los desamparados. La situación ha cambiado: no se
trata ya de asegurar las cosechas sino de encontrar un regazo. La Virgen
es el consuelo de los pobres, el escudo de los débiles, el amparo de los oprimidos.
En suma, es la Madre de los huérfanos. Todos los hombres nacimos desheredados y
nuestra condición verdadera es la orfandad, pero esto es particularmente cierto
para los indios y los pobres de México.El culto a la Virgen no sólo
refleja la condición general de los hombres sino una situación histórica concreta,
tanto en lo espiritual como en lo material. Y hay más: Madre universal,
la Virgen es también la intermediaria, la mensajera entre el hombre desheredado
y el poder desconocido, sinrostro: el Extraño.Por contraposición a Guadalupe,
que es la Madre virgen, la Chingada es la Madre violada. Ni en ella ni en la
Virgen se encuentran rastros de los atributos negros de la Gran Diosa: las civia
de Amaterasu y Afrodita, crueldad de Artemisa y Astarté, magia funesta de
Circe, amor por la sangrede Kali. Se trata de figuras pasivas. Guadalupe es la
receptividad pura y los beneficios que produce son del mismo orden: consuela,
serena, aquieta, enjuga las lágrimas, calma las pasiones."
"Pero sin la Iglesia el destino de los
indios habría sido muy diverso.Y
no pienso solamente en la lucha emprendida para dulcificar sus condiciones de
vida y organizarlos de manera más justa y cristiana, sino en la posibilidad que
el bautismo les ofrecía deformar parte, por la virtud de la consagración, de un
orden y de una Iglesia. Por la fe católica los indios, en situación
de orfandad, rotos los lazos con sus antiguas culturas, muertos sus dioses
tanto como sus ciudades, encuentran un lugar en el mundo. Esa
posibilidad de pertenecer a un orden vivo,así fuese en la base de la pirámide
social, les fue despiadadamente negada a los nativos por los protestantes de
Nueva Inglaterra. Se olvida con frecuencia que pertenecer a la fe católica
significaba encontrar un sitio en el Cosmos. La huida de los dioses y la
muerte de los jefes habían dejado al indígena en una soledad tan completa como
difícil de imaginar para un hombre moderno. El catolicismo le hace reanudar sus
lazos con el mundo y el trasmundo. Devuelve sentido a su presencia en
la tierra, alimenta sus esperanzas y justifica su vida y su muerte.Resulta
innecesario añadir que la religión de los indios, como la de casi todo el
pueblo mexicano,era una mezcla de las nuevas y las antiguas creencias. No
podía ser de otro modo, pues el catolicismo fue una religión impuesta.
Esta circunstancia, de la más alta trascendencia desde otro punto de vista,
carecía de interés inmediato para los nuevos creyentes. Lo esencial era que sus
relaciones sociales, humanas y religiosas con el mundo circundante y con lo
Sagrado se habían restablecido. Su existencia particular se insertaba en un
orden más vasto."
"El catolicismo ofrece un refugio a los
descendientes de aquéllos que habían visto la exterminación de sus clases
dirigentes, la destrucción de sus templos y manuscritos y la supresión de las
formas superiores de su cultura pero, por razón misma de su decadencia europea,
les niega toda posibilidad de expresar su singularidad."
Claudia Pérez
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