En un país donde el 90% de los habitantes son creyentes y con una tasa de analfabetismo real del 15%, Dios puede decidir presidentes o, al menos, es lo que creen las iglesias hondureñas que intervienen en la campaña electoral a favor o en detrimento de algunos candidatos. Hace menos de un mes, el pastor de la iglesia evangélica Ministerio Manantial, Roy Santos, apareció en los medios de comunicación para decir que Dios mismo le había hablado mientras oraba para criticar la candidatura de Xiomara Castro, la esposa del presidente Manuel Zelaya, derrocado por el golpe de Estado de 2009.
“El país está en una amenaza por lo que los gobernantes permitieron al dar autoridad a lo que yo había sacado con mi poder el 28 de junio del 2009. Por quedar bien con las naciones, se alejaron de mi voluntad y no escucharon a mis siervos. Por eso, hoy están en riesgo los destinos de esta nación. Porque los que hoy buscan nuevamente el poder tienen planes malévolos estos últimos días, porque están intimidando y sobornando", le confesó supuestamente Dios mismo al pastor Santos, vicepresidente de la Confraternidad Evangélica.
La comunidad evangélica en Honduras ronda los dos millones de fieles, un cuarto de la población. El pastor, con gran influencia mediática y política, se atrevió a asegurar que Dios le había pronosticado la victoria de Juan Orlando Hernández, candidato del oficialista Partido Nacional –empatado en las encuestas con Castro– o de Mauricio Villeda, candidato del Partido Liberal y tercero en las encuestas. Curiosamente, se trata de las dos formaciones históricas del bipartidismo hondureño, que se han alternado el poder y que avalaron el golpe de Estado. De hecho, en el 2009 los jerarcas de la iglesia evangélica y católica se pronunciaron a favor del Gobierno de facto.
Esta semana, el pastor Evelio Reyes - otro peso pesado de los evangélicos en Honduras - en entrevista con EL PAÍS, se mostró más moderado que su colega Santos pero aseveró que “es nuestra obligación lograr por parte del pueblo la mayoría de votos afín de legislar de una manera que no sea contraria a la fe”. En este sentido, pidió al pueblo que vea “qué hay detrás de los sombreros, de las boinas, de los bigotes” en una clara referencia al partido LIBRE, donde tanto Castro como Zelaya –quien luce bigote– usan el sombrero campesino hondureño como símbolo de su origen agrario.
La denuncia había sido interpuesta por la Asociación Por Una Vida Mejor de Personas Infectadas y Afectadas por el VIH/ SIDA en Honduras (APUVIMEH, que también defiende los derechos de lesbianas, gays, bisexuales y transexuales (LGBT) en el país.Se trata del mismo pastor que, a finales de agosto, fue sobreseído del delito de discriminación sexual al haber declarado que “en el nombre de Jesús, atamos todos los intentos de dar poder y autoridad a través del voto a candidatos inmorales, incapaces. No voten por homosexuales y lesbianas, que corrompen los modelos de Dios. Que los hondureños no voten por los enemigos de Dios”.
Victoria Gómez, educadora transexual de la organización, era una de las cuatro personas de la comunidad LGTB que aspiraban a cargos de elección popular en las primarias del partido LIBRE y fue una de las impulsoras del juicio: “Él está considerado como el enviado de Dios en la iglesia evangélica. Tiene influencia en mucha gente. Que él diga que nosotros no somos personas dignas de un cargo público genera mucho rechazo en la población. Nos ven como diablos o pervertidos cuando eso no es cierto, incluso somos creyentes y Dios no dice nada contra nosotros, él es amor”. Después de las declaraciones de Reyes ninguno siguió como candidato.
Cuatro días antes del juicio al pastor Reyes, Victoria Gómez fue asaltada por dos hombres que la golpearon y le robaron la identificación, por lo que casi no pudo ir a declarar a falta de otro documento. Este tipo de agresiones son algo habitual en la comunidad LGTB, sobre todo hacia las personas transexuales que trabajan en las calles.
Desde 2009 hasta ahora, 115 personas del colectivo LGTB han sido asesinadas en el país, 53 de ellas transexuales. En el país más violento del mundo, muchos de estos homicidios son fruto de la delincuencia común, pero un porcentaje importante responde a crímenes de odio. “Ha habido casos muy claros por la saña. Los apuñalan, los incineran o aparecen mutilados. Estos gestos denotan una fuerte homofobia o transfobia y prácticamente todos siguen impunes”, relata José Zambrano, director de la asociación APUVIMEH.
En este contexto, declaraciones como las de Reyes no son inocentes. Honduras es un país extremadamente conservador y todos los candidatos se reconocen cristianos y usan el nombre de Dios. Temas como el aborto o el matrimonio homosexual han sido rechazados por todos los candidatos. Sin embargo, durante el Gobierno de Zelaya se despenalizó la píldora anticonceptiva de emergencia o del día después. En los primeros días del Gobierno de facto se volvió a prohibir y sigue así hasta ahora. El movimiento LGTB se volvió un actor público por primera vez en las movilizaciones ciudadanas de oposición al golpe. Ahora, suben al estrado en los mítines de LIBRE junto a la candidata y su única demanda es el reconocimiento “En esta sociedad tan homofóbica y machista la prioridad es combatir la exclusión, una educación amigable, derecho a la salud y trabajo sin discriminación, lo demás vendrá por añadidura”, concluye Gómez.
http://internacional.elpais.com/internacional/2013/11/16/actualidad/1384567695_229741.html
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