El Papa Francisco sorprende hoy con nuevas declaraciones sobre la homosexualidad, el aborto y la mujer.

 

 

Las últimas noticias sobre el Papa Francisco publicadas hoy en una entrevista de 27 páginas de una revista jesuita La Civilitá Cattolica sorprenden al mundo con sus declaraciones a cerca de la homosexualidad, el aborto y la mujer dentro de la Iglesia.
Durante la entrevista, que duró seis horas, el Papa Francisco se define como un pecador, como lo son todas las personas y se mostró muy crítico con la Iglesia que ha crucificado a los homosexuales por su condición, cuando lo que se debe valorar, como él dice, son las personas. Además, recalca que Dios juzga el comportamiento de las personas no su sexualidad y que según ha podido saber por hablar con muchos homosexuales, estos se sienten condenados por la Iglesia, cosa que no debería ser así, porque Dios acoge en su seno a todas las personas.

Bergoglio, quien siempre ha destacado el importante papel que los jóvenes juegan para la Iglesia. También ha tenido palabras para las mujeres, quien considera un pilar fundamental para sostener la Iglesia y argumenta que debe existir “genio femenino” dentro de ella, pues debe formar parte de las decisiones importantes, recordándoles a todos los cristianos que María es una mujer y es más que los obispos, por ello ha rechazado los discursos e ideologías machistas que rechazan el derecho a decidir de la mujer.
El Papa Francisco ha recalcado que tanto el tema del aborto, como la homosexualidad y el papel de la mujer dentro de la Iglesia necesitan un cambio, y este ha de conciliarse a través de la palabra y el diálogo, ya que como ha dicho en la entrevista, a él le gusta hablar para llegar a un acuerdo.

Bergoglio ha tenido palabras también para las reformas de la Iglesia, de las que ha dicho que espera un cambio profundo y notable, cosa que parece no agradar a la derecha. Además, ha declarado que “hay que curarle las heridas” a las personas, sobre todo aquellas heridas que la Iglesia les ha provocado rechazándolos. Una de las reformas a las que el Papa Francisco desea hacer frente lo antes posible, es una reforma económica en el Vaticano, ya que considera que la Iglesia es para los pobres y no de los ricos.