¿El ser humano está programado para creer en un dios?

Filósofos, antropólogos e incluso neurocientíficos sugieren nuestras creencias en la naturaleza y posibles explicaciones del importante papel que juega la religión en nuestra vida espiritual y social. Las prácticas religiosas comenzaron a surgir en respuesta a cambios físicos o materiales en la vida de uno, especialmente la muerte.

Los programas dolorosos son una de las formas más antiguas de educación religiosa. La mayoría de nuestros antepasados ​​no creían que la muerte fuera el final de la vida. Es un cambio. Algunos creen que los muertos y otros espíritus pueden ver lo que está sucediendo en este mundo e incluso pueden afectar lo que está sucediendo. Esta es una táctica muy poderosa. La idea de que los muertos y los dioses están con nosotros y pueden intervenir en nuestras vidas es alentadora, pero también nos da una idea de lo que estamos haciendo. Vivimos en grupos porque los humanos son criaturas verdaderamente sociales.

Como grupo social, tendemos a tomar una posición y la religión no es una excepción. Cuando hay un sistema, hay un sistema de poder, y en la religión social, el líder pone al miembro más fuerte en la cima: Dios-Dios. Somos responsables ante Dios. Hoy, religión y poder están entrelazados. Estudios recientes han demostrado que la memoria de Dios nos mantiene obedientes. Incluso en sociedades que buscan suprimir la fe, cosas como la esclavitud y el nacionalismo las han reemplazado. Debido a la inestabilidad política y económica, muchos huyeron a la religión. Los grupos religiosos a menudo pueden brindar apoyo no estatal a quienes se sienten excluidos de la sociedad. Por tanto, los factores sociales ayudan a desarrollar y fortalecer las creencias religiosas y las relaciones con el mundo y con otras personas...

En todas las culturas, Dios es verdaderamente humano, con o sin ciertas características físicas. Hoy en día, muchos antropólogos creen que la fe en Dios es una extensión de nuestra creencia en nosotros mismos como animales sociales, la existencia de los demás y el deseo de ver el mundo a través de los ojos humanos. Regulamos nuestros pensamientos y emociones sobre ciertos animales y cosas, así como las fuerzas de la naturaleza. Esta actitud es la base de la religión.

Este es un concepto antiguo, que proviene de la filosofía de Jenófanes. Jenófanes afirmó que si un animal podía dibujar, representaba a Dios en forma de animal. Por lo tanto, las creencias religiosas pueden basarse en la cultura humana y nuestros procesos de pensamiento. Pero algunos científicos siguen siendo cautelosos al examinar nuestros cerebros en busca de mitos sobre "temas relacionados con Dios". Los neurocientíficos intentan comparar los cerebros de los creyentes y los escépticos y observar lo que sucede en nuestros cerebros cuando oramos o pensamos. Poco se sabe en esta área, pero hay algunas señales. Haga clic en cualquier lugar de su computadora para identificarlo.

A medida que continuamos experimentando cosas nuevas, nuestro cerebro cambia en nuestras vidas. No solo no existe un "sujeto de Dios", sino que el cerebro no tiene un significado especial dedicado a nada, ya que casi todas las partes de nuestro cerebro están involucradas en todas nuestras acciones y experiencias ... Hay una cosa que sabemos. El cerebro humano es el más avanzado del reino animal, y solo ese tiene habilidades extraordinarias. Es percibir la realidad. El cerebro a menudo se denomina cerebro medio. Siempre buscamos patrones, patrones, relaciones y consecuencias, por lo que la religión puede ofrecer diferentes estrategias para tener sentido. Las creencias religiosas ayudan a las personas a organizarse y encontrar sentido a sus vidas. Y las actividades culturales en particular pueden “decidir” nuestras vidas al enfocarse en eventos importantes. Y la cultura se ha convertido en un lugar común en todos los grupos sociales, incluidos los ateos. Ninguna ciencia, antropología o filosofía tiene una respuesta definitiva a la pregunta "¿Existe un Dios?" Pero todos estos aspectos proporcionan pistas sobre cómo responder a las necesidades humanas profundas. Puede que no estemos preparados para creer en Dios o en los poderes divinos, pero somos animales sociales que siempre necesitamos para conectarnos con el mundo y otras personas.

Posiblemente las religiones son simplemente  medios para hacer posible, conexiones tan importantes.

Referencias:

https://www.bbc.com/mundo/noticias/2015/04/150401_iwonder_cerebro_dios_fe_sem_dv

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