Fecha de publicación: 19 de abril del 2011
El Papa ha aprovechado la Semana Santa y a la repercusión que tiene en todo el mundo para reivindicar solidaridad y acogida para los refugiados norteafricanos. El Santo Padre, en su mensaje urbi et orbi declarado en la Plaza de San Pedro, con motivo de su bendición apostólica ante los más de 150.000 fieles que se congregaron ante el Vaticano.
Pero las palabras del Papa no se quedaron en un llamamiento, por la tarde el pontífice, en un gesto de coherencia con su posición, ayudó a solucionar el conflicto derivado del centenar de gitanos rumanos que llevaban tres días en la Basílica de San Pablo Extramuros después de que el alcalde de Roma, Gianni Alemanno, les hubiera ofrecido dinero para que regresaran a su país después de que se les desalojara de un poblado marginal.
Alemanno había afirmado: “Si todo el que viene a la ciudad considera que tiene derecho a un alojamiento, la situación sería insostenible. Roma no se puede transformar en una gran chabola. Estas personas tienen casa en Rumanía y la han dejado para venir a trabajar aquí a cambio de un sueldo”.
En contraste, sin entrar en el terreno político, Benedicto XVI envió al sustituto para Asuntos Generales de la Secretaría de Estado, monseñor Fernando Filoni (número tres de la diplomacia vaticana) a entrevistarse con los gitanos y mostrarles la “cercanía” del Papa, y además cursó orden a Caritas Roma, por medio de la asociación Domus, para que se dispusiese un alojamiento para ellos, de forma que abandonasen pacíficamente la basílica, según narra Religión en Libertad. Así sucedió en la tarde del domingo, previa identificación de los asaltantes por la policía italiana.
La solución fue aplaudida por Alemanno, quien considera que la intervención de Caritas garantiza una solución estable al problema, aunque ha mostrado su disposición a seguir eliminando los asentamientos ilegales en Roma.
El mensaje pascual del Papa
El obispo de Roma ha centrado su mensaje de Pascua Benedicto XVI en subrayar que “la resurrección de Cristo no es fruto de una especulación, de una experiencia mística”, sino un hecho.
“Es un acontecimiento que sobrepasa ciertamente la historia, pero que sucede en un momento preciso de la historia dejando en ella una huella indeleble”, afirmó el pontífice en la Pascua al dirigirse desde el balcón de la Basílica de San Pedro a los más de 70 mil peregrinos que llenaban la plaza vaticana.
Una vez más, como ha venido haciendo en cada domingo de resurrección desde el inicio de su pontificado, destacó el hecho histórico en el que el cristianismo encuentra su fundamento.
“Hasta hoy -incluso en nuestra era de comunicaciones supertecnológicas- la fe de los cristianos se basa en aquel anuncio, en el testimonio de aquellas hermanas y hermanos que vieron primero la losa removida y el sepulcro vacío”, aseguró.
“La resurrección de Cristo no es fruto de una especulación, de una experiencia mística. Es un acontecimiento que sobrepasa ciertamente la historia, pero que sucede en un momento preciso de la historia dejando en ella una huella indeleble”, concluyó.
Dos cosas me llaman la atención de tu nota: por una parte la relación religión-sociedad, manifestada en la intervención en el conflicto social con los gitanos; y la segunda, el siempre complicado problema de los mitos fundantes de las formas religiosas, en este caso el tema central de la Resurrección en el cristianismo, sus diversas interpretaciones y complejidades
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