miércoles, 6 de abril de 2016

Educar la religión o Educar en la religión

Día con día las religiones y creencias se han convertido en parte de la vida de las personas, su manera de pensar y actuar. Por tal motivo, algunos autores mencionan a la religión como una base social, en la que la creencia es fundamental para la formación social e incluso su control. A esta sería de afirmaciones, nos surgen dos interrogantes: ¿educamos la religión?, o ¿educamos en la religión?

Por un lado, hacia la interrogante: ¿educamos en la religión? Podríamos decir que enseñamos y aprendemos la religión de manera natural, social. Enseñamos una religión posiblemente impuesta de manera histórica, determinada por el territorio en el que nacemos, las costumbres, los pensamientos y acciones que llevamos a cabo de manera familiar y social. Tomando así esta religión como un ámbito social determinado, en el que nuestra manera de socialización, es su mayoría es, con aquellos que compartimos un pensamiento.

Sin embargo, ¿es posible educar la religión?, es decir, aprender y desaprender las costumbres, creencias y pensamiento diversos, que la diversidad de religiones nos enseñan, siendo posible elegir de manera libre en que creer y practicar.

Con ello, para mí, un ejemplo de la religión o su representación más ilustrativa, podrán ser los deportes, dependiendo de dónde vives y te desarrollas,  no solo adquieres tu “amor por el deporte” y eliges cuál es tu favorito, así como tu equipo. Por ende, en su mayoría dependiendo si vives en México uno de los mayores deportes que te gustaran será el futbol y béisbol, mientras que si vives en Estados Unidos, te gustara más el Futbol americano o el Basquetbol.

Siendo esto, una diversidad de pensamiento y práctica ¿Cómo es que tu aprendiste la religión?, ¿elegiste en que creer o lo creíste?

Maria Fernanda Amante Núñez 

1 comentario:

  1. La selección es algo que pocos pueden comprender (al 100%), ya que desde el nacimiento se imponen pensamientos, en la mayoría de los casos uno elige lo en lo que quiera creer, pero muchas veces se van más por un patrón ya sea en la familia, conocidos, u otros factores tanto internos como externos.

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