martes, 19 de abril de 2016

Millonario construye paraíso católico

El empresario estadounidense Tom Monaghan había construido su fortuna vendiendo pizzas alrededor del mundo. Ahora está por construir algo más: un monumento a su fe católica.

El pueblo de Ave María se ha formado bajo el modelo de las grandes ciudades medievales de Europa, con una iglesia y una universidad en el centro de su vida pública.

La versión del siglo XXI que construye Tom Monaghan está tomando forma rápidamente en un terreno de labranza plano y sin rasgos llamativos que se encuentra a unos 48 kilómetros de la costa de Florida.

En pocas semanas, la fuerza de trabajo aumentará a alrededor de 1.500 personas, conforme el vasto templo comience a tomar forma, rodeado de una flamante universidad y 11.000 nuevas casas. El lugar es ya un sitio extraordinario, con los cimientos ya construidos, incluido un largo lago rectangular que muy pronto se volvió hogar de un grupo de cocodrilos de Florida.

"Llegaron en cuanto asomó el agua", dijo el director de la construcción, Skip Doyle. Al lado del templo, el cual tendrá espacio para 1.100 feligreses, se levantará un crucifijo de 20 metros de alto. 

Luego de vender la cadena Domino's Pizza, hace pocos años, Monaghan dedicó su vida a la religión y originalmente había pensado construir Ave María en el estado de Michigan, donde vive.

Luego de fracasar ahí en la obtención de permisos para construir, está ahora gastando alrededor de US$400 millones para hacer realidad su sueño un poco más al sur, en asociación con una constructora local.

Límites 
Debido a las creencias ultra conservadoras de su creador en temas de política y religión, Ave María ha hecho sonar las campanas de alarma entre activistas de libertades civiles en todo el país.

Monaghan fue huérfano educado principalmente por monjas. De por vida seguidor de un estricto catolicismo, sugirió originalmente que las tiendas que venden pornografía y anticonceptivos deberían estar prohibidas en Ave María

El presidente de la universidad, Nick Healy, dice que la realidad será diferente.
"Monaghan se ha dado cuenta de que no todo lo que él preferiría que pasara puede ser logrado bajo requerimientos legales o por restricción", señaló en su oficina en el campus temporal de la universidad de Ave María.
Sin embargo, hay límites firmes: no habrá tiendas con artículos de sexo, o bares de strip tease

"Estamos completamente decididos a restringir actividades en el pueblo que sean hostiles a la vida familiar tradicional", afirma Healy.
Healy subraya que personas de todos los credos o de ninguno serán bienvenidas a vivir en Ave María.

Las farmacias locales y el hospital del pueblo serán invitados a no surtir anticonceptivos pero, junto con revistas pornográficas, no serán prohibidos de manera tajante.

Esas salvedades no van tan lejos como para satisfacer al hombre que está encabezando las críticas al fundador de Ave María, Howard Simon, quien es director del Sindicato de las Libertades Civiles de América (ACLU, siglas en inglés), en Florida.

Como antiguo director en el estado de Michigan, Simon ha seguido las políticas de Tom Monaghan muy de cerca y cree que su preferencia es por un gobierno teocrático, más que secular.

"Lo que Ave María terminará siendo, no lo sabemos aún", dice Simon.

"Nosotros no le damos a las organizaciones religiosas el poder del gobierno, y no le damos al gobierno el poder sobre las organizaciones religiosas en Estados Unidos", añade.

"Eso lo hemos dividido, y pienso que dividirlo nos ha mantenido libres".

Polarización 
Los estudiantes de Ave María están deseosos de cambiarse a su nuevo hogar, el cual debe quedar listo para el próximo año académico

María Fidero y Blair Marshall dicen que no les preocupa que se esté hablando de cruzar las fronteras constitucionales entre iglesias y Estado.

"Si la gente quiere tratar de oponerse... supongo que son libres de hacerlo, pero nosotros sólo queremos compartir el evangelio", dice Blair.

María afirma que espera con ansia estar en un ambiente sano con el catolicismo en su centro.

"Mientras que podría atraer gente de diversos credos, va a atraer al mismo tipo de personas, gente que quiere llevar una mejor vida, una vida más limpia, con objetivos similares", explica.

Y para enfatizar la polarización entre puntos de vista religiosos y seculares, ha habido una explosión de interés en Ave María por parte de católicos conservadores en todo Estados Unidos, desde que el ACLU y grupos como "Planned Parenthood" hicieron públicas sus preocupaciones.

"Alrededor de 90.000 personas han visitado nuestra página de internet en el último mes y medio", dice Blake Gable, de la constructora Barron Collier.

"Literalmente hay decenas de miles de personas que se han tomado el tiempo de observarnos y dicen, 'hey, estoy interesado en comprar una casa'."

En muchos aspectos, Ave María es solamente el último ejemplo en una larga serie de asentamientos inspirados en la religión, los cuales se remontan a los "Pilgrim Fathers" que se establecieron en Plymouth Rock.

Para millonarios devotos con una visión, siempre va a haber tierra disponible para convertir un sueño en realidad, aunque no muchos tienen el firme respaldo del Papa.

"Tenemos la ventaja de que nuestro rector, el padre Fessio, fue antiguamente estudiante (del Papa Benedicto)", dice Nick Healy.

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