Aunque los profetas de las más diversas religiones afirman siempre que su reino no es de este mundo, la realidad es que se encuentran obsesionados por el mercantilismo. Y el último ejemplo nos llega de El Salvador.
En este pequeño país centroamericano existe la llamada “Iglesia Internacional”, uno de las miles de sectas y variantes herederas de la religión judía. Y en vistas del desarrollo de las nuevas tecnologías, estos cristianos no han querido perder la oportunidad de salvar almas vía electrónica, eso sí (como no podía ser de otra manera) a cambio de una gran comisión.
Se hace caer al seguidor argumentando que si es una persona muy ocupada y que se la vive metido en el mundo del trabajo o de la familia, la salvación de su alma no es segura. Claro que los líderes se preocupan mucho por el destino del alma de cada uno de sus seguidores, por lo que les ofrecen una segunda (y al parecer más segura) opción para la salvación: un aporte mensual mínimo del 10% de sus ingresos por medio de su plataforma E-Dízimo y el envío de su comprobante de pago junto a su código de hermano (de la iglesia a la que pertenecen), y en cuanto es verificado el aporte del dinero entonces los reverendos de la Iglesia Internacional le inscribirán
“en El Libro de la Vida para ser presentado a Cristo en su segunda venida”
y asunto terminado. Así es como se compra una entrada de primera fila,sin listas de espera para el paraíso.
Me parece una de las mas grandes pruebas de que la religión es solo un gran negocio y que los líderes se aprovechan de la fé ciega que los feligreses (sobretodo de éste tipo de sectas) ponen en ellos y en la salvación eterna de su alma para que se aseguren de pasar toda la eternidad a lado de su salvador.
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