“Autobiografía Religiosa”
Enrique Romo Cueva
Mi
autobiografía religiosa empieza desde que estoy en el vientre de mi madre unos
meses antes de nacer, empezaba la primavera de 1994 y mis padres estaban
pensando en el nombre que llevaría para de este modo poder ir a bautizarme en
la iglesia en donde todos mis primos y tíos (por parte de mi padre) son
bautizados. Eligieron por nombre Enrique y se me bautizó 7 meses después de mi
nacimiento, mis padres siempre fueron muy católicos al igual que mis cuatro
abuelos, todos los domingos desde que tengo uso de razón me llevaron a la
iglesia a escuchar misa y cuando me dejaban en casa de mis abuelas para que me
cuidaran en lo que mis papás hacía sus asuntos por resolver, ellas me llevaban
a la iglesia sin importar el día que fuera. Toda mi vida fui a colegios católicos,
desde la pre-primaria, primaria, secundaria y preparatoria. En mi escuela de
toda la vida teníamos a un patrón (San Marcelino Champagnat). El cual fue muy
importante en mi infancia ya que era un ejemplo a seguir por todo lo que había
logrado en su vida para la educación de niños pobres y de bajos recursos. Desde
chico me enseñaron a rezar, me enseñaron quien era Dios y me enseñaron que la
fe no dependía de nadie más, solamente tu sabías si estaba en ti o no. En sexto
de primaria tuve mi primera comunión, fue aquí en la ciudad de Guadalajara en
casa de mis abuelos (Por parte de mi madre), acudió toda mi familia y me sentí
muy contento ese día, sin embargo yo no sabía lo que había pasado, para mí era
simplemente otro festejo para aprovechar y jugar futbol con mis primos, partir
un rico pastel y recibir regalos por el simple hecho de hacer mi primera
comunión. Cuando entre a la secundaria tuvimos clases de sexualidad, nos
enseñaron muchas cosas útiles y que tal vez no eran necesarias en esa época
para mí, pero de lo que me acuerdo muy bien es que nos decían que no teníamos
que cometer ningún acto impuro ya que si lo hacíamos era cometer un pecado y
atentar contra dios, así pasé mi infancia, era un niño que todos los domingos
acudía a la iglesia con sus padres, siempre me decían que tenía que irme bien
vestido y saludar de manera educada a mis conocidos, en el último año de la
secundaria lleve un cursos para la preparación de mi confirmación, a esta edad
ya razonaba más y entendía bien el procedimiento, ahora se me hace una locura
que la iglesia lleva por sí mismo un sistema como lo hacen las escuelas. Para
poder liberarte del pecado original te tuvieron que haber bautizado, para poder
realizar tu primera comunión tienes que tener el papel que diga que estas
bautizado, para poder llevar a cabo tu confirmación tuviste que llevar los
papeles de bautizo y primera comunión, para casarte por la iglesia católica
necesitas llevar tus actas de todos los procesos anteriormente mencionados, y
para poder padrino de bodas junto con tu pareja (mediante la iglesia católica)
necesitas llevar tu acta de matrimonio.
Las
dudas empezaron a surgir en la etapa de la preparatoria, era un joven inquieto
que preguntaba todo, me empecé a preguntar quién era dios, porque si existe
nunca se ha hecho presente, porque estaba dejando que miles de personas
murieran a diario, porque si estaba la iglesia para ayudar tenia tantos
antecedentes históricos en donde hace daño a las personas, etc. Un día llegue
con mi padre y le hice estas preguntas, mi padre solamente me dijo: hay que
tener fe. Después me dio una explicación de que tenemos que escuchar la palabra
de dios y tenerlo como ejemplo para poder ser buenos ciudadanos, con moral y
con valores. Él me dijo que el sistema de la iglesia era una tontería pero que
era el único lugar a donde podía ir y escuchar misa, estar tranquilo y escuchar
un buen sermón del padre que por muchos años había sido amigo de la familia,
que sin embargo el lugar de donde absorbemos nuestros valores es de nuestra
familia, amigos y gente que nos rodea. En esta parte de mi historia es donde
entra mi hermana, 4 años mayor que yo, nunca tuvimos una buena comunicación.
Ella siempre decía que iba ir a misa en la noche sin nosotros, hasta que un día
la vieron cenando a la hora que supuestamente iba a ir a misa, ella les dijo a
mis papás que no creía en dios, que dios nunca había estado presente en su vida
y que lo más importante para ella era ser una buena persona para demostrarle a
mis padres que lo podía hacer sin la ayuda de dios, aquí fue cuando mis papás
empezaron a tener problemas con mi hermana y se perdió mucho la confianza que
le tenían.
Salí
de la preparatoria, seguía yendo a misa los domingos con mi familia, hacía lo
que mi padre me había dicho; escuchaba el evangelio, escuchaba el sermón del
padre, que por cierto era muy bueno, y de vez en cuando, cuando tenía muchos
problemas iba con el padre a confesarme para poder contarle mis problemas y de
este modo desahogarme.
Poco
a poco deje de ir a misa cuando me mude a Guadalajara un año después de que
salí de preparatoria, no había lugar para estacionarte, el padre un día me
empezó a gritar en la confesión y esto ocasiono que no volviera a escuchar una
misa. Después de lo sucedido me fui unos meses de viaje, descubrí más culturas,
más religiones, me platicaban acerca del hinduismo, del budismo, confucionismo,
y varios tipos de hinduismo. Tuve la oportunidad de conocer 12 países en el
sudeste asiático y también tuve la oportunidad de conocer a mucha gente que era
local en las partes que visitábamos, lo que más me llamó la atención fue que en
Japón existen miles de templos budistas pero nunca había japoneses, solamente
turistas, fue así cuando una amiga japonesa nos comentó que ellos no necesitan
de ir a un templo, que el budismo lo practican día a día con sus acciones. De
otro lado, en Tailandia los templos estaban repletos de personas locales, esto
se debe a que a falta de dinero las personas tienen que creer en algo que les
de esperanza. La religión también que conocí fue el hinduismo pero no como se
conoce en la India sino como la gente lo practica en Indonesia, todos los
negocios tenían una charolita con ofrendas para sus dioses, estas se cambiaban
dos veces por día y dependía mucho en la forma de ser de las personas, había
quien dejaba comida, cigarros, dinero y flores.
Me
sirvió mucho el último viaje que realice ya que me abrió mucho el panorama,
empecé de dejar de ver a las personas por su raza, religión o nivel
socioeconómico. Me di cuenta que cada quien toma las religiones como quiere y que
no hace falta tener alguna para llegar a ser una buena persona, alguien
exitoso, etc. Pero que sí importa mucho en nuestro país todavía ya que te
pueden rechazar por el simple hecho de tener otra religión que las personas
vean mal, que aquí si te quieres casar, la mayoría de las veces tiene que ser a
fuerzas mediante de la iglesia ya que tus suegros te lo piden. Y con lo que me
gustaría cerrar el curso después de ver tantos ejemplos en clases de
situaciones buenísimas en donde al final el profesor dice el final y todos se
empiezan a contradecir, después de conocer tantas religiones expuestas en clases, de hacer las lecturas de la clase
como la que hablaba de hechicería en áfrica a los albinos, la de pare de sufrir
y como es que llega a Guadalajara, y muchas otras cosas es que a pesar de todo
los tiempos cambian rápidamente, pero muchas veces las culturas y religiones se
quedan así que abro una invitación a que me contesten preguntas difíciles para
mi ¿Cuál es la religión que más se acerca a la verdad? la que más se acerca a
como venimos, la que más se acerca de a dónde vamos, la que nos diga que
estamos haciendo en el planeta tierra, la que nos diga cuál es el propósito de
la humanidad ya que claramente no lo pudimos realizar.
Toqué este tema debido a que no sabía que escribir como segunda participación en el blog y un amigo me comentó que seria buena idea hacer esta actividad, una autobiografía religiosa, esto es mi punto de vista y mis vivencias y no me gustaría ofender a nadie.
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