jueves, 16 de noviembre de 2017

Azar y Religión



Alberto Rojo (con doctorado en física y autor de divulgación científica) comenta en su libro “el azar en la vida cotidiana” el siguiente experimento: 
“Tira de coincidencias.
El experimento funciona bien con muchas personas; por ejemplo, consideremos un aula con muchos estudiantes. Dividimos a los alumnos en dos grupos y los distribuimos en dos aulas separadas. Mientras tanto, el evaluador del experimento permanece fuera de las aulas. Ahora les pedimos a los miembros del primer grupo que, en orden, vayan lanzando monedas, de a una por vez, hasta completar 100, y anotando cada resultado hasta completar una tira: si sale cara pone un 1 y si sale cruz, pone un 0. Mientras tanto, el otro grupo hará lo mismo, pero, en lugar de lanzar monedas verdaderas, cada estudiante irá anotando lo que cree que saldría si tirara una moneda. (Si los grupos son reducidos habrá que realizar varias vueltas hasta completar 100.) Un punto importante del experimento es que cada participante, cuando le toque el turno, debe ver los resultados que van saliendo. Al concluir el experimento, mirando cada una de las dos tiras, el evaluador tiene que decidir cuál es cuál.
(Rojo pone una muestra de los resultados que le salieron en la FIL 2010 de Buenos Aires, si quieren consultarlo más a detalle: Rojo, A. (2014). El Azar en la Vida Cotidiana. Buenos Aires: Siglo XXI.)
¿Cuál de las dos tiras corresponde a los resultados reales y cuál a los imaginados?
Si bien a primera vista los dos parecen bastante azarosos, existen varias diferencias. Por ejemplo, A es un poco más uniforme que B. Otra diferencia cuantitativa es que B presenta una secuencia de 8 cruces y otra de 7 caras, en tanto que en A no hay una secuencia tan larga de caras o cruces seguidas. La más extensa es una de 5 caras. Esto es una clara indicación de que B es el resultado verdadero y A el imaginado.
Esto quizás les parezca extraño ya que, si uno lanza 7 veces una moneda, existe una probabilidad muy baja (menos del 1%) de que las 7 veces caiga cara. Sin embargo, en una secuencia de 100 monedas, como la del experimento, hay un 33% de probabilidades de que en algún punto de la secuencia haya 7 caras consecutivas (y un 53% de que haya 6). De modo que hay una probabilidad mayor al 50% de que salgan 7 tiros consecutivos iguales, ya que puede haber 7 caras seguidas o 7 cruces seguidas. En otras palabras, en cien tiros es más probable que ocurra una racha de 7, que no ocurra.” Concluye el autor.
Y comenta toda una larga explicación de experimentos, probabilidades, estadísticas, etc. Que demuestran como las coincidencias están más presentes de lo que creemos en nuestra vida diaria, no obstante, como tendemos a creer que ocurre lo contrario (como se muestra en el experimento) nos hacemos historias y las tejemos bajo nuestro sistema de creencias a pesar de que sean falsas. 
Este punto permite explicar de manera muy clara y específica, como muchos eventos que consideramos “increíbles que hayan pasado” los consideramos como obra divina, actos de gratificación por no cometer pecados, etc. Ya que no les podemos dar una explicación lógica según nuestra manera de percibir el mundo, pero si fuéramos un poco más objetivos y menos flojos, nos daríamos cuenta de que en el mundo tan diverso en el que vivimos, es demasiado común que se produzcan coincidencias “in-creíbles”.

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