martes, 12 de julio de 2011

Una Fe Ilustrada y Culta

A través del curso de Fe y Ateísmo Contemporáneo, he llegado a discernir la diferencia entre las diferentes religiones monoteístas que más se han propagado sobre la humanidad, en concreto: el Catolicismo, el Islam y el Judaísmo. La cual, se atenúa en el marco de las últimas dos, y que deja en un umbral de ignorancia de la doctrina que profesa a los seguidores del catolicismo. Es decir, la falta del seguimiento cercano a las escrituras bíblicas del cristianismo, en conjunto con el pensamiento posmoderno de sus seguidores, pone en duda la verdadera confesión del católico, y deja en jaque a la institución que representa a poco menos del 20% de la población mundial (la iglesia católica).

Desde sus inicios, las religiones abrahamicas han sido la raíz de la mayoría de los movimientos religiosos que conocemos en la actualidad, caracterizadas por el monoteísmo, y los diversos libros sagrados en los que recae la fe de sus simpatizantes. Lo que diverge en la doctrina católica, es la tenacidad que ha definido a los jerarcas clericales, para imbuir a sus seguidores esa obediencia al dogma y la noción al pecado, sin tener que abrir un libro, o detenerse a analizar las circunstancias.

En contraste con lo anterior, en lo que concierne al Islam y el Judaísmo; las enseñanzas de las tradiciones -ya sean orales o escritas-, la preparación doctrinal, y el perfil de una fortísima identidad de los fieles hacia su cultura religiosa fortifica su fe, de una manera que se vuelve imposible de permear (una clara diferencia con el fiel católico). Asimismo, da las herramientas necesarias a los seguidores para formular argumentos de la ideología que ejercen.

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