Pese a que mi admiración por Marx no es precisamente por su crítica religiosa, sino por lograr vislumbrar con cerca de 100 años de anticipación las penosas y crecientes inequidades que el sistema capitalista traería consigo, considero que su crítica a la religión es sumamente interesante, pues se basa menos en supuestos filosóficos, y más en antecedentes históricos.
Independiente del hecho de que el teórico ruso era ateo, Marx incluía en sus estudios la crítica a la religión por ser una forma más de alineación. Para él, la religión no era más que una invención humana, pues las pruebas de la existencia de Dios "no son más que vanas tautologías", que consuelan al hombre de sus sufrimientos y como tal disminuye la capacidad revolucionaria del hombre para tranformar la verdadera causa de dicho sufrimiento: la explotación económica de una clase social a otra. Inlcusive, la religión legitima dicha explotación, misma que sin duda ha multiplicado desigualdad e injusticia.
Su visión de la religión como una estrategia de alineación se basaba principalmente en que de acuerdo al autor, la religión desvía al hombre de su único ámbito en donde "la salvación y la felicidad le son realmente posibles". En otras palabras, la religión le resta capacidad, energía y sobre todo determinación al individuo para modificar las situaciones sociales, políticas y económicas especialmente que causan su sufrimiento. Por último pero no menos importante, desde mediados del siglo XIX, Marx ya denunciaba a la religión, en concreto a la iglesia, como institución que suele favorecer a las clases desfavorecidas y por ende, no dominantes. Aunque muchas de estas afirmaciones, especialmente esta última, afortunadamente cada vez son menos aplicables a la actual configuración de nuestro mundo, sí que lo fueron, por lo menos hasta hace unas cuantas décadas. Basta con analizar nuestro pasado, así sea sólo las atrocidades ocurridas durante la primera mitad del pasado siglo.
Sin duda la crítica marxista de la religión es de las más influyentes, aunque, a mi parecer, no tan profunda como la de otros autores. Como dices, se centra más en el dato histórico. Mi crítica a su crítica es que hace falta una Historia de las Religiones. Creo que se centro en el cristianismo de la Europa central del s. XIX por eso no la considero una crítica completa de la religión sino sólo de una de sus formas.
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